viernes, 27 de julio de 2012

También inventamos nuestros cuentos...


MISTERIOS EN EL MOLINO ABANDONADO…
Un sábado como cualquier otro, en el parque, unos amigos descansaban a la sombra de un árbol. Habían ido después de comer a dar una vuelta, era muy común en Mariano, Lucila y Victoria visitar aquel lugar.
Pero nunca, NUNCA, visitaban el molino abandonado. Este lugar era un sitio aterrador, fue el primero que existió en la ciudad de Canelones y se situaba en aquel parque. Al ser un edificio antiguo, su aspecto era poco común y esto daba una escena escalofriante.
Mariano, vio, entre los árboles, una punta de aquel edificio y dijo muy alegre:
-¡Vico, Lu! ¿Por qué no vamos al Molino? Estamos aburridos, por lo menos hacemos algo distinto- Dijo tratando de convencer a las chicas.
-Si!!! Vamos. Siempre me intrigó saber que hay en ese lugar. Se han creado tantas historias sobre él que ya no se en cual creer.- Dijo Lucila muy entusiasmada.
-Ni loca, ¡ustedes están locos! Está lleno de fantasmas eso. Yo no voy ni que me obliguen.- Dijo Vico.
-Dale Vico, no seas infantil- Dijo Lucila
-Claro, además todo eso es mentira, dale vamos- Acotó Mariano
Y Vico, rendida, accedió y se fue atrás de sus amigos.
La ida ya era aterradora. Un pasillo sin fin lleno de árboles y plantas. Al llegar al lugar todos quedaron impresionados. El Molino antiguo los esperaba. Era un edificio muy viejo, desgastado por el tiempo. Las paredes despintadas y llenas de musgo. Charcos de agua, plantas, goteras. Además del sonido de las ratas que al vernos se fueron corriendo.
-Que asco! Dijo Lucila al verlas.
-Yo me voy de acá, no se porque vine- Menciono Vico mientras se ataba los cordones.
-No sean miedosas, no les va a pasar nada. Apúrense, ¡vamos a entrar!- Agregó Mariano
-¿¿¿Que??? Dijeron las chicas sorprendidas
-Que vamos a entrar. Vinimos hasta acá y ¿no vamos a entrar?- dijo Mariano
Y sin dejarlas opinar las empujo hasta la entrada.
Adentro era espantoso. Habían arañas, cascarudos y otras cosas. Los chicos empezaron a caminar lentamente por aquel lugar. Tenían miedo, estaba poniéndose oscuro allí. Lucila, vio una sombra en uno de los pasillos y entonces dio aviso a los otros. Ellos sin pensarlo se introdujeron en ese pasillo que los llevaba a una habitación muy extraña.
-Tranquila, tranquila. No pasa nada, acá no hay fantasmas. La sombra debe ser alguna ilusión óptica o nuestra propia sombra.- se decía Vico para tranquilizarse.
-Esto se está poniendo feo, mejor nos vamos!- Dijo Lucila
-No, si la sombra que viste es real hay que averiguarlo. Vamos, entremos a esa habitación, si hay alguien aquí debe estar allí.- Dijo Mariano muy seguro.
Así que, sin más remedio, abrieron la puerta de aquel raro dormitorio.
Allí se encontraba una especie de sombra, pero rápidamente los chicos se dieron cuenta que alguien más estaba en ese lugar. Esa sombra estaba acompañada de un hombre. Ellos quedaron impactados al ver que aquel ser se aproximaba hacia ellos.
-¡Aaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhh! – Gritaron los chicos.
Aquel ser trato de ahuyentarlos. Los chicos salieron corriendo buscando la salida, mientras Lucila, aterrorizada decía:
-Pellízcame, pellízcame Mariano. Esto tiene que ser un sueño.-
Una vez afuera se encontraron con el mismo señor. Este trató de tranquilizarlos y dijo:
-Tranquilos, tranquilos. No les quiero hacer daño, solo quiero ayudarlos. Soy el cuidador de aquí y los quiero prevenir.-
Vico, escuchando esto, mencionó: - ¿de que nos quiere prevenir?-
-Ya estamos grandes, no necesitamos que nos protejan.- Dijo Mariano tratando de disimular su miedo.
-Cállate y déjalo hablar. ¿Tiene alguna historia que haya pasado para contarnos?.- Dijo Lucila entusiasmada.
-Sí, tengo varias. Muchas son falsas pero hay una que la viví en persona. Parece que una noche de luna llena, sentí pasos dentro del Molino. Entré pensando que eran chiquilines como ustedes, estoy acostumbrado a escuchar esos ruidos así que entre al lugar con mucha confianza. Pero al entrar, me di cuenta que no era así. Los pasos ya no se sentían y la puerta se fue cerrando lentamente. Miré en todas direcciones sin comprender. La luz de aquel cuarto parpadeaban y yo ya no sabia que hacer. De repente sentí un gran golpe en la nuca y perdí el conocimiento. Desperté tirado en los arbustos. A partir de ese momento sentí con gran temor y respeto hacia ese lugar. Nunca supe que fue lo que paso, pero sé que cada noche de luna llena siento los mismos pasos que sentí esa vez…-
Los chicos quedaron en silencio. Nadie podía hablar. Habían quedado impresionados con aquella narración. Hasta que Lucila pudo decir unas palabras
-Gracias por compartir esto con nosotros. La verdad esto es impactante.-
Los chicos saludaron a aquel valiente hombre y se fueron. Victoria, antes de irse murmuró:
-Yo sabía que no debíamos entrar…-

2 comentarios:

  1. Nos pareció un cuento muy atrapante. Está buenisimo. En esta historia se mezcla el terror y la aventura, y esto hace una narración muy linda. Nos gustó mucho. Saludos :) Karen Pintos y Victoria Scagni

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  2. Nos gusto mucho este cuento.Esta muy bueno y muy interesante.Axel Peña,Emanuel Callero,Maria Eugenia Fregossi.

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