Un sábado como cualquier otro, en el
parque, unos amigos descansaban a la sombra de un árbol. Habían ido
después de comer a dar una vuelta, era muy común en Mariano, Lucila
y Victoria visitar aquel lugar.
Pero nunca, NUNCA, visitaban el molino
abandonado. Este lugar era un sitio aterrador, fue el primero que
existió en la ciudad de Canelones y se situaba en aquel parque. Al
ser un edificio antiguo, su aspecto era poco común y esto daba una
escena escalofriante.
Mariano, vio, entre los árboles, una
punta de aquel edificio y dijo muy alegre:
-¡Vico, Lu! ¿Por qué no vamos al
Molino? Estamos aburridos, por lo menos hacemos algo distinto- Dijo
tratando de convencer a las chicas.
-Si!!! Vamos. Siempre me intrigó
saber que hay en ese lugar. Se han creado tantas historias sobre él
que ya no se en cual creer.- Dijo Lucila muy entusiasmada.
-Ni loca, ¡ustedes están locos! Está
lleno de fantasmas eso. Yo no voy ni que me obliguen.- Dijo Vico.
-Dale Vico, no seas infantil- Dijo
Lucila
-Claro, además todo eso es mentira,
dale vamos- Acotó Mariano
Y Vico, rendida, accedió y se fue
atrás de sus amigos.
La ida ya era aterradora. Un pasillo
sin fin lleno de árboles y plantas. Al llegar al lugar todos
quedaron impresionados. El Molino antiguo los esperaba. Era un
edificio muy viejo, desgastado por el tiempo. Las paredes
despintadas y llenas de musgo. Charcos de agua, plantas, goteras.
Además del sonido de las ratas que al vernos se fueron corriendo.
-Que asco! Dijo Lucila al verlas.
-Yo me voy de acá, no se porque vine-
Menciono Vico mientras se ataba los cordones.
-No sean miedosas, no les va a pasar
nada. Apúrense, ¡vamos a entrar!- Agregó Mariano
-¿¿¿Que??? Dijeron las chicas
sorprendidas
-Que vamos a entrar. Vinimos hasta acá
y ¿no vamos a entrar?- dijo Mariano
Y sin dejarlas opinar las empujo hasta
la entrada.
Adentro era espantoso. Habían arañas,
cascarudos y otras cosas. Los chicos empezaron a caminar lentamente
por aquel lugar. Tenían miedo, estaba poniéndose oscuro allí.
Lucila, vio una sombra en uno de los pasillos y entonces dio aviso a
los otros. Ellos sin pensarlo se introdujeron en ese pasillo que los
llevaba a una habitación muy extraña.
-Tranquila, tranquila. No pasa nada,
acá no hay fantasmas. La sombra debe ser alguna ilusión óptica o
nuestra propia sombra.- se decía Vico para tranquilizarse.
-Esto se está poniendo feo, mejor nos
vamos!- Dijo Lucila
-No, si la sombra que viste es real hay
que averiguarlo. Vamos, entremos a esa habitación, si hay alguien
aquí debe estar allí.- Dijo Mariano muy seguro.
Así que, sin más remedio, abrieron la
puerta de aquel raro dormitorio.
Allí se encontraba una especie de
sombra, pero rápidamente los chicos se dieron cuenta que alguien más
estaba en ese lugar. Esa sombra estaba acompañada de un hombre.
Ellos quedaron impactados al ver que aquel ser se aproximaba hacia
ellos.
-¡Aaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhh! –
Gritaron los chicos.
Aquel ser trato de ahuyentarlos. Los
chicos salieron corriendo buscando la salida, mientras Lucila,
aterrorizada decía:
-Pellízcame, pellízcame Mariano. Esto
tiene que ser un sueño.-
Una vez afuera se encontraron con el
mismo señor. Este trató de tranquilizarlos y dijo:
-Tranquilos, tranquilos. No les quiero
hacer daño, solo quiero ayudarlos. Soy el cuidador de aquí y los
quiero prevenir.-
Vico, escuchando esto, mencionó: - ¿de
que nos quiere prevenir?-
-Ya estamos grandes, no necesitamos que
nos protejan.- Dijo Mariano tratando de disimular su miedo.
-Cállate y déjalo hablar. ¿Tiene
alguna historia que haya pasado para contarnos?.- Dijo Lucila
entusiasmada.
-Sí, tengo varias. Muchas son falsas
pero hay una que la viví en persona. Parece que una noche de luna
llena, sentí pasos dentro del Molino. Entré pensando que eran
chiquilines como ustedes, estoy acostumbrado a escuchar esos ruidos
así que entre al lugar con mucha confianza. Pero al entrar, me di
cuenta que no era así. Los pasos ya no se sentían y la puerta se
fue cerrando lentamente. Miré en todas direcciones sin comprender.
La luz de aquel cuarto parpadeaban y yo ya no sabia que hacer. De
repente sentí un gran golpe en la nuca y perdí el conocimiento.
Desperté tirado en los arbustos. A partir de ese momento sentí con
gran temor y respeto hacia ese lugar. Nunca supe que fue lo que paso,
pero sé que cada noche de luna llena siento los mismos pasos que
sentí esa vez…-
Los chicos quedaron en silencio. Nadie
podía hablar. Habían quedado impresionados con aquella narración.
Hasta que Lucila pudo decir unas palabras
-Gracias por compartir esto con
nosotros. La verdad esto es impactante.-
Los chicos saludaron a aquel valiente
hombre y se fueron. Victoria, antes de irse murmuró:
-Yo sabía que no debíamos entrar…-
Nos pareció un cuento muy atrapante. Está buenisimo. En esta historia se mezcla el terror y la aventura, y esto hace una narración muy linda. Nos gustó mucho. Saludos :) Karen Pintos y Victoria Scagni
ResponderEliminarNos gusto mucho este cuento.Esta muy bueno y muy interesante.Axel Peña,Emanuel Callero,Maria Eugenia Fregossi.
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